lunes, 20 de abril de 2009

Los Coronas no decepcionan



Entramos en la mítica sala Gruta 77, en el madrileño barrio de Carabanchel, sede del rock de la capital por excelencia, aunque con aires mas moderados que en sus inicios, puesto que en la sala ya no se permite fumar, lo que hace que en parte pierda su toque encantador, pero por otro lado te permite distinguir el escenario sin brumas ni nieblas del mas puro estilo londinense.
A nuestro alrededor rockabillys de todas las edades, esperan impacientes la actuación de “LOS CORONAS”, conocidos por crear un estilo de música que fascinaría al mismísimo Tarantino, es inevitable al escucharlos no imaginar al dependiente de videoclub convertido en director de culto, moviendo sus caderas al ritmo de la música, puesto que se trata de una mezcla entre persecución en una película de vaqueros y la lucha mas vengativa de cine japonés, o para aclarar mas el concepto se debe pensar en la banda sonora de Kill Bill.
Comienza el espectáculo y la sala esta repleta, los músicos no se hacen de rogar y empieza la actuación puntual. En el escenario 5 artistas multidisciplinares que irán cambiando de instrumento según lo vayan requiriendo. Hay guitarra, trompeta, batería, bajo y la ausencia de solista, en ningún momento se hace notar. La música es pegadiza, pero no sigue un modelo lineal, así que nunca sabemos cuando termina una canción, y a esto se suma la sensación de persecución que crean las melodías, nuestra imaginación no puede dejar de rememorar tantos y tantos ataques por sorpresa de afiladas estrellas ninja y vaqueros sin agallas que atacan al bueno siempre por sorpresa, debemos estar alerta, puesto que somos conscientes de que en cualquier momento puede aparecer el enemigo. El local cada vez mas abarrotado parece un hervidero cuando la banda toca sus temas mas conocidos. Pero la sala llega al nirvana, cuando el líder del grupo, con motivo de homenaje a su ídolo, Fernando Fernán Gómez, dedica su canción mas conocida al cineasta, y pide al personal que allí se encuentra, que en el estribillo griten la famosa frase del actor “Váyase usted a la mierda”, así que empieza uno de los momentos mas surrealista que hemos vivido en un concierto, en el que llegamos a escuchar la celebre frase del sin par Fernán Gómez unas 12 veces. El líder de la emoción no pudo retener sus lágrimas, afirmo que había sido uno de los momentos más felices de su vida. Sin perder la sensación de que estamos siendo observados por algún villano, termina el concierto entre aplausos y gritos, inolvidable experiencia verles en directo. La imaginación puede ser tu peor enemiga si has consumido mucho cine de serie B.
Crónica redactada por Eixchélt González.

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