
En el cartel se aprecia una caricatura de Obama que sujeta el helado delante del Congreso estadounidense. El activista de derechos humanos ruso Lev Ponomaryov definió el anuncio como “una explotación vulgar de algunos símbolos políticos en busca de intereses comerciales” y añadió: “No pienso que la persona que lo haya creado sea necesariamente un racista pero nuestra sociedad es xenófoba y no puede recibir estos mensajes”.
Andrei Gubaidullin, creativo de Voskhod, la agencia responsable del anuncio, ha defendido que su única intención era hacer un cartel divertido y alegre. También ha asegurado que no han recibido ningun comentario negativo por parte del Gobierno ruso. “Nuestro cliente es absolutamente feliz y eso es el asunto principal. Yo mismo compré el helado hoy”, concluía Gubaidullin.
La tendencia a utilizar líderes políticos para la promoción de productos u organizaciones es creciente. La imagen de George Bush, por ejemplo, ha sido recurrente en anuncios de Chrysler, Amnistía Internacional o Greenpeace. Por otro lado, el ex presidente ejecutivo de la URSS, Mijaíl Gorbachov, protagonizó una campaña de la firma francesa Louis Vuitton. Así como la marca de ropa Converse se valió del rostro de José María Aznar para lanzar una polémica campaña en 2006.

Noticia redactada por: Raquel Córcoles
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